FORMACION PERSONAL DEL
DOCENTE
Ante
la efervescente y cambiante sociedad actual, las necesidades de formación de
los ciudadanos se prolongan más allá de los primeros estudios
profesionalizadores y se extienden a lo largo de toda su vida. La formación
continua resulta cada vez más imprescindible, tanto por las exigencias
derivadas de los cambios en los entornos laborales como también para hacer
frente a los cambios que se producen en los propios entornos domésticos y de
ocio.
Crece
la importancia de la educación informal a través de los medios de comunicación
social y muy especialmente Internet. Aunque los conocimientos adquiridos
ocasionalmente a través de estos medios muchas veces resultan desestructurados
y poco precisos, la cantidad de tiempo que las personas les dedican y las infinitas
posibilidades de acceso a atractivas informaciones multimedia que proporcionan
(periódicos y revistas, películas, programas TV, informativos de actualidad,
reportajes, todo tipo de páginas web, juegos...) hacen de ellos una de las
principales fuentes de información y formación de los ciudadanos.
Aparecen
nuevos entornos formativos en el ciberespacio, que liberan a los estudiantes y
profesores de la exigencia de coincidencia en el tiempo y en el espacio, y
facilitan así el acceso a la formación en cualquier circunstancia a lo largo de
toda la vida. Los nuevos sistemas de formación on-line (aprovechando los
recursos informáticos y el ciberespacio) mejoran con mucho las prestaciones de
la enseñanza a distancia tradicional, que solamente disponía del correo, el
teléfono y la radiotelevisión como canales de comunicación y difusión de los
recursos didácticos audiovisuales y en papel y por supuesto todo ello exige nuevas
competencias profesionales para los formadores.
A
diferencia de lo que ocurría hace 100 años, en la sociedad actual resulta
bastante fácil para las personas acceder en cada momento a la información que
requieren (siempre que dispongan de las infraestructuras necesarias y tengan
las adecuadas competencias digitales; en este caso: estrategias para la
búsqueda, valoración y selección de información). No obstante, y también a
diferencia de lo que ocurría antes, ahora la sociedad está sometida a
vertiginosos cambios que plantean continuamente nuevas problemáticas, exigiendo
a las personas múltiples competencias procedimentales (iniciativa, creatividad,
uso de herramientas TIC, estrategias de resolución de problemas, trabajo en
equipo...) para crear el conocimiento preciso que les permita afrontarlas con
éxito.
Por
ello, hoy en día el papel de los formadores no es tanto "enseñar"
(explicar-examinar) unos conocimientos que tendrán una vigencia limitada y
estarán siempre accesibles, como ayudar a los estudiantes a "aprender a
aprender" de manera autónoma en esta cultura del cambio y promover su
desarrollo cognitivo y personal mediante actividades críticas y aplicativas
que, aprovechando la inmensa información disponible y las potentes herramientas
TIC, tengan en cuenta sus características (formación centrada en el alumno) y
les exijan un procesamiento activo e interdisciplinario de la información para
que construyan su propio conocimiento y no se limiten a realizar una simple
recepción pasiva-memorización de la información
Por
otra parte, la diversidad de los estudiantes y de las situaciones educativas
que pueden darse, aconseja que los formadores aprovechen los múltiples recursos
disponibles (que son muchos, especialmente si se utiliza el ciberespacio) para
personalizar la acción docente, y trabajen en colaboración con otros colegas
(superando el tradicional aislamiento, propiciado por la misma organización de
las escuelas y la distribución del tiempo y del espacio) manteniendo una
actitud investigadora en las aulas, compartiendo recursos (por ejemplo a través
de las webs docentes), observando y reflexionando sobre la propia acción
didáctica y buscando progresivamente mejoras en las actuaciones acordes con las
circunstancias (investigación-acción).
No hay comentarios:
Publicar un comentario